Call to Europe celebra su décimo aniversario en 2021. Durante los últimos diez años, se ha convertido en una plataforma progresista clave donde expertos, representantes de la sociedad civil y responsables políticos contribuyen conjuntamente a un crisol de ideas progresistas. Esta reunión anual busca proporcionar soluciones conjuntas para abordar los desafíos europeos comunes ofreciendo un debate progresista, participativo y positivo con el objetivo de disminuir la brecha social, agravada por la crisis de la COVID-19, en todas sus dimensiones.

La Fundación ha estado representada por su directora, Rocío Martínez-Sampere y por la patrona de la Fundación y directora de 40dB, Belén Barreiro, que han participado en los paneles sobre la brecha regional y la brecha intergeneracional, respectivamente.

La COVID-19 ha magnificado aún más la desigualdad social dentro de los estados miembros de la UE, así como entre países; el acceso a una atención sanitaria de calidad, una educación de primer nivel y una vivienda digna, por ejemplo, son elementos cruciales para los niveles de vida que queremos proteger y promover, pero que no son fácilmente accesibles para todos los europeos. Las desigualdades sociales están cada vez más entrelazadas con la divergencia regional y parece difícil luchar contra las desigualdades sin abordar la división regional. Sin crear oportunidades y brindar servicios públicos de calidad en las regiones rezagadas, ¿cómo puede ser posible abordar la geografía del descontento y combatir las crecientes desigualdades?

Junto a ponentes de las diferentes regiones de Europa, Rocío Martínez-Sampere ha debatido en representación de la zona sur de Europa y ha destacado la complejidad de esta brecha regional, que debe cuestionarse desde una dimensión política, identitaria y socieconómica.

Todas las generaciones han sufrido durante la crisis de la COVID-19, pero las consecuencias han sido más evidentes para los jóvenes, que han vivido dos grandes crisis en poco tiempo. Este hecho se ha traducido en que los millennias siguen luchando por lograr la estabilidad material por un lado y, por otro, han retrasado en gran medida muchos de los rasgos vinculados con la edad adulta (casarse, tener hijos o comprar un hogar).

Estos efectos a largo plazo de ambas crisis han agravado el conflicto generacional que se ha agudizado por la aceleración del cambio climático y demográfico.

¿Cómo pueden los progresistas posibilitar un diálogo intergeneracional que tienda puentes en lugar de exacerbar el conflicto entre generaciones?

La participación de Belén Barreiro, colaboradora habitual junto con FEPS del programa GENERA de la Fundación Felipe González se ha centrado en el informe 'El impacto generacional del coronavirus', presentado el pasado mes de febrero. El informe muestra cómo, desde una visión multidimensional, los jóvenes son los que más han sufrido en esta segunda crisis que les ha tocado vivir aunque, al mismo tiempo, son los que miran al futuro con mayor esperanza.